jueves, 24 de octubre de 2013

Su copa son caricias


A mis dos amores, a los arboles móviles dedico estas palabras:
Los hijos son como arboles móviles cuyas raíces se adhieren al pecho aunque después se desenraicen con los años.
Sus troncos cuyas estructuras aguardan en un hogar serán movibles con el transcurso y crecimiento; sus deseos, peticiones, y acciones de su presente los harán crecer lejos y cerca del pecho de una madre que no planta árboles en su huerto.
Una madre que planta arboles móviles es porque algún día sus troncos tendrán la movilidad de las hojas otoñales.
Sus frutos, las composiciones musicales, los dibujos y todas aquellas manifestaciones que brotan desde sus manitas e intelecto serán recuerdos como las marcas que se hunden en el tronco y cimbran en las raíces.

Sus copas serán la sombra para una madre como un recuerdo simbólico de una caricia eterna.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Noche sin bimbalete

Noche sin bimbalete

A veces no escribo trabajos lúcidos, a veces solo anestesio algunas ideas, eso sí, muchas veces calmo las ganas de la escritura con la lectura como si creara puentes que cobijan las ganas de subir y bajar por el bimbalete de la vida.

Soy una mujer con ganas de escribir versos. Últimamente traigo atorado un soneto que tiene su génesis y su muerte en el primer cuarteto. Pretendo clavar el alma en versos fenixianos sin tener certeza siquiera de que habrá un destinatario que se enllague al leer o se embalsame por un símbolo o figura de esas composiciones descompuestas.

La letra se volatiza por falta de lucidez que me provoca la embarazosa noche sin movimiento.

domingo, 6 de octubre de 2013

Hechicero de vuelos, frenos y desenfrenos

Hechicero de vuelos, frenos y desenfrenos

He muerto más de trescientas veces
renacido en sombras con las auroras
trago horas, vomito sombras
exprimo de vez en cuando desvergüences
porque me creo de las luciérnagas y mariposas.

Después de todo no todo es amor
antes de la conciencia hay que estar alerta
los rumores son ecos imprescindibles del intelecto sin clamor
que repiten el mismo dolor de los que aman a voz incierta.

Estamos rodeados de gente que no sabe amar
y terminamos siendo espejos, clones o replicas perfectas.

Las alas son para otra especie, pero soñamos con volar
soñamos con formas imperfectas,
los recuerdos son oleaje de vaivén multipolar
a veces con escollas o ruidos de brisas insurrectas,
pero no se encuentra, ni existe la arena que canta epistolar
ante una brisa que acaricia.
Todo esto es sueño de una leve caricia.